En un momento en que el tenis está siendo vigilado por la gestión del Australian Open y su «burbuja», Carla Suarez sale en una campaña para visibilizar la situación de los enfermos de cáncer y los profesionales que diariamente les ayudan a superarlo.
El año pasado fue diagnosticada de linfoma de Hodgkin. Hace seis meses comenzó el tratamiento con quimioterapia y este lunes mostraba su alegría en Twitter al poder decir que recibía la última sesión.
Carla no se quedará sentada, y con la ayuda de sus médicos (que le acosejan encarezidamente que haga deporte) y su pareja en Río 2016, Garbiñe Muguruza, busca el sueño de poder retirarse definitivamente del tenis en el mejor escenario posible. Piensa volver en los Juegos Olímpicos.
Un ejemplo de lucha que nos motiva a volver a salir y disfrutar de lo que más nos gusta, ¡el deporte!